Seguimos con el cine. Pasamos del género de terror del último post, a la ciencia ficción, de la mano del wookie más famoso del mundo (y de toda la galaxia): Chewbacca, uno de los personajes de la saga Star Wars. Aquéllos que me conocen saben de mi amor por el cine de ciencia-ficción en general, y por la saga de George Lucas en particular. Así que cuando Alicia me pidió que hiciera una figura de Chewie para un regalo, debo confesar que el encargo me agradó.
Hablando un poco del personaje, este wookie de 2,25 metros de alto, inseparable copiloto de Han Solo en el Halcón Milenario apareció por primera vez en el cine en el año 1977 en la original Star Wars, participando en las dos secuelas siguientes El Imperio Contraataca (1981), y El Retorno del Jedi (1983), convirtíendose desde un primer momento en uno de los personajes más carismáticos de la saga. También tuvo una breve aparición en La Venganza de los Sith (2005), siendo su última aparición hasta la fecha en el Episodio VII (El Despertar de la Fuerza, 2015). Impagable son los "diálogos" que a lo largo de las películas mantienen Han Solo y Chewbacca.
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El cuerpo de Chewie, en el proceso de recubrimiento. |
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Las "virutas" que "visten" a Chewbacca. |

Lo bueno de esta figura es que no había que hacerle dedos a las manos, ya que, aunque realmente el personaje los tiene, el pelaje los tapa, por lo que no es necesario hacérselos. No hacerle las orejas, por el mismo motivo, también fue una circunstancia que me permitió terminar la figura más rápida.
Ya sólo quedaba barnizar. Creo que a Chewie le venia bien un tono más mate, y quizás le cae peor el barniz, pero para que dure la figura, y no acumule suciedad la plastilina, decidí barnizarla y darle ese aspecto de porcelana que tiene.
Y a continuación, el resultado:

Hasta aquí, Chewbacca. Como siempre, te agradezco mucho tu visita, espero que vuelvas, y si me dejas un comentario, te lo agradeceré.
Un saludo, y ¡hasta la próxima!
Un saludo, y ¡hasta la próxima!
