martes, 21 de junio de 2016

CARMELITO


Carmelito es otro encargo, como comenté en la anterior entrada. De mascota en mascota; de un perro a un conejo. ¿Más fácil o más difícil? Lo primero. Como se puede observar, la figura es más compacta y por tanto más fácil de ejecutar, ya que no hay extremidades delgadas que haya que sustentar con alambres o palos, como he tenido que hacer en otras figuras.


Lo primero que tuve que hacer fue hallar el color. No existe plastilina (al menos yo no la he encontrado) de el color marrón claro, casi beige, que tiene el modelo original. Una mezcla de marrón y blanco, con un poco de amarillo dio el resultado deseado. 

A partir de ahí, modelar la cabeza y el cuerpo en un solo bloque, añadirle los mofletes, orejas, y patas.

El aspecto del pelo lo hice con un alfiler, con pequeños "cortes" sobre todo el cuerpo de plastilina. Para mí, un alfiler, bien para practicar esos cortes con la punta, bien para alisar con la cabeza, es una herramienta fundamental.

Aquí se observan bien los "cortes" con el alfiler
 que simulan el pelo

Por último quedaba la cuestión de los bigotes. Es un detalle que a priori no es imprescindible, pero son esos pequeños detalles los que muchas veces dan más realismo a la obra. Antes de intentar quitarle algunos bigotes al gato de mi hija, con las nefastas consecuencias que para mi integridad física podían darse, decidí coger un pincel y arrancarle algunas cerdas; hice algunos agujeros por la parte de los mofletes, y las introduje en cada una de ellos. El barniz posterior que aplicaría a toda la figura, serviría para afianzarlos en su sitio.

Bueno, espero que te haya gustado Carmelito. 
En la próxima entrada de este blog cambiaremos el tema animal por otro motivo diferente, algo más cinematográfico.

¡Hasta pronto!















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