domingo, 13 de noviembre de 2016

Un poquito de "arte"

Después de una incursión en el mundo del cine, acompañados por una no muerta (Lucy), y por un entrañable ser de una galaxia muy, muy lejana (Chewie), hoy toca algo más real y más cercano (geográficamente hablando).


Te propongo un viaje a Antequera, la tierra del Torcal, de los Dólmenes, de la porra, los molletes, y lo más importante para mí, de mi mujer.



Más de 25 años hace que, siguiendo a una compañera de facultad, morena y guapa, conocí Antequera. Más de 25 años yendo asiduamente a esta localidad malagueña, y no me canso de patear sus calles, saborear sus excelentes tapas, y admirar sus numerosos tesoros artísticos, en forma de iglesias, palacios o casas señoriales...


La obra que aquí te presento, la hice hace muchos años, fácilmente hace más de veinte, y si se conserva hoy en día, es gracias en buena parte a que Loles, mi mujer, tuvo la idea de enmarcarla y ponerle un cristal. Hoy decora una parte del salón de nuestra casa.

Se trata de una reproducción, en plastilina por supuesto, de la portada de la Colegiata de San Sebastián de Antequera, situada en la plaza del mismo nombre. La portada es de estilo renacentista. Presenta tres cuerpos, el inferior encuadrado por pares de columnas de fuste estriado y capiteles de forma corintia. El segundo cuerpo presenta balaustres y nichos avenerados de poca profundidad que ocupan esculturas de San Pedro, San Pablo y San Sebastián. Arriba, se contempla el escudo del emperador Carlos V, con el águila bicéfala. (Fuente, página web Ayuntamiento de Antequera).





Vista de la fachada de la Iglesia de San Sebastián



Segundo cuerpo de la Portada: San Sebastían, flanqueado
por San Pedro y San Pablo.






En concreto, yo hice en plastilina el segundo y tercer cuerpo.Y éste es el resultado:


El escudo de Carlos V, con el águila bicéfala,
que se encuentra en el tercer cuerpo
  Arriba, el grupo escultórico que está en el segundo cuerpo de la portada. 


San Sebastián, asaetado













Como he comentado, este trabajo lo realicé hace veinte años, aproximadamente; por tanto, no tenía internet, de donde sacar distintas fotos para tomar como modelo. Todo lo saqué de un folleto turístico que tenía en la portada, precisamente la foto de San Sebastián. Hoy día, para cada trabajo, saco un montón de fotos de internet, las guardo en una carpeta, y  dispongo de varias fotos, de distintas perspectivas del modelo sobre el que voy a trabajar. En esta ocasión, todo lo saqué de esa pequeña foto que venía en un folleto turístico, que todavía andará guardado en algún cajón de la casa de mi madre...

Por último, recomendaros una visita a Antequera, tan cerca y tan desconocida. Os aseguro que merece la pena. Y lo mismo nos encontramos por allí...










¡Hasta pronto!










San Pedro con las llaves del Cielo.

miércoles, 20 de julio de 2016

Hace muchos años, en una galaxia muy, muy lejana...


Seguimos con el cine. Pasamos del género de terror del último post, a la ciencia ficción, de la mano del wookie más famoso del mundo (y de toda la galaxia): Chewbacca, uno de los personajes de la saga Star Wars. Aquéllos que me conocen saben de mi amor por el cine de ciencia-ficción en general, y por la saga de George Lucas en particular. Así que cuando Alicia me pidió que hiciera una figura de Chewie para un regalo, debo confesar que el encargo me agradó

Hablando un poco del personaje, este wookie de 2,25 metros de alto, inseparable copiloto de Han Solo en el Halcón Milenario apareció por primera vez en el cine en el año 1977 en la original Star Wars, participando en las dos secuelas siguientes El Imperio Contraataca (1981), y El Retorno del Jedi (1983), convirtíendose desde un primer momento en uno de los personajes más carismáticos de la saga. También tuvo una breve aparición en La Venganza de los Sith (2005), siendo su última aparición hasta la fecha en el Episodio VII (El Despertar de la Fuerza, 2015). Impagable son los "diálogos" que a lo largo de las películas mantienen Han Solo y Chewbacca.





El cuerpo de Chewie, en el proceso de recubrimiento.
En cuanto a la figura, sobre la que trata esta entrada, requería plastilina marrón en distintos tonos; para ello, hice el cuerpo con el color marrón original de la plastilina Jovi, y luego cubriría todo él con otros tonos mezclados por mí. Para conseguir la variedad de tonos del pelo, desde marrón casi negro a marrón claro, mezclé marrón con negro, para tonos oscuros, y marrón con blanco y un toque de amarillo, para los tonos más beiges.





Las "virutas" que "visten" a Chewbacca.
Para dar el efecto del pelaje, lo que hice fue obtener de cada taco de plastilina pequeñas "virutas", las cuales iba pegando una a una al cuerpo según el color; después con un alfiler, a cada "viruta" le daba unas pasadas a lo largo de la misma. El proceso incluía superponer el extremo inferior de cada "viruta" sobre el superior de la que ya estaba pegada; así obteníamos un pelaje bien tupido.







Ahora tocaba añadir la cabeza al cuerpo, empleando la misma técnica de "virutas", para hacer la melena de Chewbacca, tal y como se aprecia en la foto que he puesto en el lado derecho. Había que tener en cuenta el morro del wookie, para darle ese aspecto "perruno". Los dientes requerían un poquito de blanco, lo justo para hacerle los colmillos que le sobresalen, parecidos a los de Lucy, del anterio post.

Lo bueno de esta figura es que no había que hacerle dedos a las manos, ya que, aunque realmente el personaje los tiene, el pelaje los tapa, por lo que no es necesario hacérselos. No hacerle las orejas, por el mismo motivo, también fue una circunstancia que me permitió terminar la figura más rápida.


Ya sólo quedaba barnizar. Creo que a Chewie le venia bien un tono más mate, y quizás le cae peor el barniz, pero para que dure la figura, y no acumule suciedad la plastilina, decidí barnizarla y darle ese aspecto de porcelana que tiene.


Y a continuación, el resultado:




Hasta aquí, Chewbacca. Como siempre, te agradezco mucho tu visita, espero que vuelvas, y si me dejas un comentario, te lo agradeceré.

Un saludo, y ¡hasta la próxima!




jueves, 23 de junio de 2016

UNA DE MIEDO

Como comenté en la anterior entrada, hoy toca una de cine. De cine de terror, para ser más concreto. 

Fotograma de la película
El personaje que te presento es Lucy Westenra, un personaje que aparece en la película Drácula de Bram Stoker, dirigida por Francis Ford Coppola en 1992. 

Lucy (interpretada en esta versión del mito de Drácula por la actriz Sadie Frost) es la mejor amiga de Mina Murray (Wynona Ryder) y cae bajo el poder del conde transilvano que la vampiriza; en una escena de la película la podemos ver portando en brazos a un niño al que ha secuestrado para alimentarse de él. No te preocupes, el profesor Van Helsing y el prometido de Lucy llegan a tiempo para salvar al niño y a la misma Lucy de la condena de vivir eternamente como vampiresa.

Esta figura la hice muchos años atrás, de ahí algunos desperfectos que puedes observar (falta un brazo y una pierna del niño). No puedo concretar, pero calculo que la hice unos veinte años atrás, al poco tiempo de retomar mi hábito de modelar en plastilina. En aquella época vivía con mi madre y recuerdo con inmenso cariño las noches que estábamos sentados en el salón, viendo la televisión, ella con sus labores de punto o costura, yo en el sillón de al lado con una bandeja sobre mis piernas y todos los avíos para hacer mis figuras de plastilina, ambos al calor de la mesa camilla. Cada uno con los suyo, comentando lo que veíamos, o más bien oíamos en la televisión, y mi madre siempre animándome diciendo lo bien que me estaba quedando lo que hacía, que era un artista... en fin, madre no hay más que una. Momentos para el recuerdo, y gracias a Lucy, una parte de aquella época la conservo conmigo. Más ahora, que mi madre nos dejó hace unos meses...


Lucy la vampiresa, sin un brazo. ¡Conviértete en vampiresa para ésto!
 Los detalles del vestido de novia están hechos con un alfiler; ya te he comentado lo fundamental que es para mí instrumento tan simple. El velo está hecho de tela: aquí conté con la inestimable ayuda de mi madre, que con su buen quehacer con la costura, me ayudó a solventar el problema del velo que no sabía cómo lo iba a hacer. 

A ver si cuando tenga tiempo, le reconstruyo las partes que le faltan. Pero a pesar del deterioro, me apetecía compartir en este blog esta figura, rescatada del pasado, y que formó parte de un conjunto de esculturas, varias de las cuales ya han desaparecido. 


Espero que te haya gustado, y por último aprovecho para recomendarte el visionado una vez más de la pelicula, y sobre todo, la lectura del libro de Bram Stoker, una joya literaria, no sólo del género de terror.


Cuidadito, si ves cuando salgas por la noche ves a un señor alto con capa negra mirándote de forma extraña, huye, no te vaya a pasar lo que a Lucy Westenra...

¡Hasta pronto!

Detalle de la cabeza con el velo.
¡Milagrosamente, los colmillos
han aguantado más de 20 años!

martes, 21 de junio de 2016

CARMELITO


Carmelito es otro encargo, como comenté en la anterior entrada. De mascota en mascota; de un perro a un conejo. ¿Más fácil o más difícil? Lo primero. Como se puede observar, la figura es más compacta y por tanto más fácil de ejecutar, ya que no hay extremidades delgadas que haya que sustentar con alambres o palos, como he tenido que hacer en otras figuras.


Lo primero que tuve que hacer fue hallar el color. No existe plastilina (al menos yo no la he encontrado) de el color marrón claro, casi beige, que tiene el modelo original. Una mezcla de marrón y blanco, con un poco de amarillo dio el resultado deseado. 

A partir de ahí, modelar la cabeza y el cuerpo en un solo bloque, añadirle los mofletes, orejas, y patas.

El aspecto del pelo lo hice con un alfiler, con pequeños "cortes" sobre todo el cuerpo de plastilina. Para mí, un alfiler, bien para practicar esos cortes con la punta, bien para alisar con la cabeza, es una herramienta fundamental.

Aquí se observan bien los "cortes" con el alfiler
 que simulan el pelo

Por último quedaba la cuestión de los bigotes. Es un detalle que a priori no es imprescindible, pero son esos pequeños detalles los que muchas veces dan más realismo a la obra. Antes de intentar quitarle algunos bigotes al gato de mi hija, con las nefastas consecuencias que para mi integridad física podían darse, decidí coger un pincel y arrancarle algunas cerdas; hice algunos agujeros por la parte de los mofletes, y las introduje en cada una de ellos. El barniz posterior que aplicaría a toda la figura, serviría para afianzarlos en su sitio.

Bueno, espero que te haya gustado Carmelito. 
En la próxima entrada de este blog cambiaremos el tema animal por otro motivo diferente, algo más cinematográfico.

¡Hasta pronto!















jueves, 9 de junio de 2016

WENDY



Aquí te presento una de mis obras.


Se llama Wendy, como la perra dálmata que sirvió de modelo, y se trata de un encargo. Antes de seguir, tengo que hablaros de Alicia, mi amiga, compañera de trabajo, y además mi mecenas. Cariñosamente la llamo así, porque desde que por primera vez le enseñé fotos de alguna de mis figuras, me ha animado mucho a seguir modelando, y me ha hecho encargos, bien para ella, bien para regalar a otra persona. 

Tengo unos cuantos encargos pendientes: gracias por tu paciencia, Wonder.

Wendy es un encargo  que Alicia me hizo para regalárselo a su dueña, que es una amiga suya. 

A Wendy no la vi personalmente; como todas las figuras que hago, trabajo a través de fotografías. Desde el principio me llamó la atención la mirada de la modelo. Al estar en postura tumbada, no ofrecía dificultades para mantenerla de pie (cuando ponga otras figuras, entenderéis a lo que me refiero). Sin duda, el reto mayor era la cara, la expresión. Fue donde más tiempo dediqué, y  más quebraderos de cabeza me trajo. No se trataba de hacer una perra dálmata, sino de hacer a Wendy. Confío en haberlo conseguido.

Pasados unos meses, Alicia me comentó que Wendy, que estaba enferma cuando le hice la figura, había muerto. Una pena. 

Pero la vida sigue, y al poco tiempo Alicia me trajo un nuevo encargo: la nueva mascota de su amiga: Carmelito

Pero a Carmelito lo subiremos la próxima semana. ¡Hasta entonces!


LA PLASTILINA ES COSA DE NIÑOS...

¡Bienvenido/a a mi blog!
Seguro que si te digo la palabra plastilina, de una forma casi instantánea la asociarás con niños, colegio o manualidades.
Y eso es así porque todos, cuando hemos sido pequeños, hemos jugado, modelado, nos hemos ensuciado con ese material blando de colores que nos compraban para estimular nuestra creatividad, y de paso, si era posible, estuviéramos un rato entretenidos.
Lo más común es que con el tiempo, los niños dejen de tener interés en la plastilina, y si alguno sigue interesado en el modelado, se sustituya el colorido material por otros más resistentes como el barro, pasta cerámica, etc.
En mi caso, nunca he dado ese paso. Creo que la razón principal, no voy a mentirte, es por pereza. Me explico: si trabajas con arcilla, tienes que cocerla, y por lo tanto tienes que buscar un horno donde poder hacerlo, o instalar uno en casa (lo que es más complicado). Cierto es que hoy día se pueden encontrar materiales que secan al aire (pasta de porcelana, por ejemplo), pero ¡ay!, luego hay que pintar la obra, y pintar, después de todo el trabajo de modelar, es algo que no me gusta mucho... ¡si la plastilina ya viene “pintada” de serie!
En mi defensa, tengo que decir que he probado otros materiales, y la textura de la plastilina se adapta mejor a mi forma de modelar, me resulta más cómodo trabajar con ella. No le pillo el truco al barro. Además, tampoco pretendo crear obras que duren toda la vida; me basta con la diversión que me proporciona el proceso de creación, y lo que dure, duró. Para eso le hago fotografías y las guardo en un archivo. Y para eso está este blog.
No quiero cansarte. Sólo decirte que lo que ves (y vas a ver) en este blog, son trabajos hechos con plastilina por mí, un adulto que nunca ha dejado de modelar con ese material con el que juegan los niños.
Te agradecería que dediques un momento para escribir un comentario sobre lo que has visto; tu opinión me interesa mucho y prometo contestarte a todas las cuestiones que me quieras plantear.
Espero que cuando hayas visitado este blog, a la afirmación “la plastilina es cosa de niños” tú le pongas un par de signos de interrogación.